Hoy en día la artritis reumatoide (AR) es un problema de salud pública a nivel mundial debido a su alta prevalencia, a sus graves consecuencias funcionales y al alto impacto económico y social. En México, se estima que la AR tiene una prevalencia del 1.6% y afecta principalmente al grupo etario con mayor capacidad laboral y productiva, lo que se ve reflejado en altos índices de discapacidad laboral y pensión por invalidez que generan un alto impacto en la economía, sin mencionar la disminución en la calidad de vida de los pacientes; por otro lado, afecta tres veces más a mujeres que a hombres. Y ante este panorama, es importante tener acciones que deriven en diagnósticos tempranos, referencias con el especialista y acceso a tratamientos que permitan a los pacientes cumplir las metas de control de la enfermedad.
En la actualidad, existen diferentes tipos de padecimientos reumáticos que se caracterizan por hinchazón y pérdida de la función de una o más estructuras del soporte del cuerpo. La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria sistémica crónica que se caracteriza principalmente por la inflamación del revestimiento o membrana sinovial de las articulaciones. Aunque la AR puede iniciar en cualquier articulación, comienza con mayor frecuencia en las más pequeñas, como los dedos, manos y muñecas.
Los daños en las articulaciones asociados con la AR progresan constantemente durante los primeros 20 años y representa más del 35% de la discapacidad establecida en este padecimiento, creando una carga económica significativa. Y con base en el estudio publicado por la Iniciativa Global de Salud y Economía que elaboró la Cámara de Comercio de Estados Unidos, donde México participó, y en cifras de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), el ausentismo laboral derivado de enfermedades no transmisibles podría equivaler a una pérdida económica de 4.3 a 6.1% del Producto Interno Bruto (PIB) en México.
Asimismo, también existe la Artritis Psoriásica (AP) que se presenta asociada a la Psoriasis, ya que el 20% de los pacientes tienden a desarrollarla. La AP, puede iniciarse de forma lenta y con síntomas moderados que se controlan de inicio con antiinflamatorios, y su diagnóstico puede pasar desapercibido. Al igual que la AR, en ocasiones sigue un curso progresivo que puede llevar a la incapacidad funcional, ya que puede conducir a una disminución de la capacidad para realizar tareas cotidianas, como abrir un frasco o girar las llaves.
Por su parte, la Dra. Sandra Carrillo, Tesorera del Colegio Mexicano de Reumatología, comentó que en México la AR constituye un problema de salud pública a nivel mundial debido a su alta prevalencia, a sus graves consecuencias funcionales y al alto impacto económico y social. “El Colegio Mexicano de Reumatología, con el apoyo de la biofarmacéutica AbbVie, implementó los primeros centros de excelencia especializados para la atención de este padecimiento, basados en las guías internacionales de Treat to Target, para maximizar la calidad de vida de los pacientes con AR a través del fomento de decisiones compartidas entre el paciente y el reumatólogo, del control de síntomas y prevención del daño estructural, supresión de la inflamación y seguimiento a través de la medición de la actividad de la enfermedad y el establecimiento de un tratamiento adecuado para mejorar el pronóstico de los pacientes”, puntualizó.
Actualmente, algunos centros públicos y privados han adoptado un modelo de excelencia en la atención médica de la artritis reumatoide, que tiene la primicia de tratar en base a un objetivo claro y específico como es el lograr la remisión clínica de la enfermedad o, cuando esto no sea posible, la actividad baja de la enfermedad.
De hecho, el Colegio Mexicano de Reumatología reconoce a 8 centros de excelencia, uno de ellos especializado en niños y adolescentes con Artritis idiopática Juvenil.
Los especialistas señalaron que una detección temprana de estos padecimientos es la clave para evitar su progresión. “Un tratamiento adecuado y oportuno, por el especialista en reumatología, aumenta la probabilidad de limitar la progresión del daño articular y, consecuentemente, mejorar la funcionalidad y la calidad de vida del paciente con Artritis Reumatoide y Artritis Psoriásica, a fin de disminuir el impacto socioeconómico que genera” señaló el Dr. Julio César Casasola, especialista en reumatología adscrito al servicio de reumatología del Hospital General de México.